La caja, caja clara, tarola o redoblante es un instrumento de percusión de sonido indeterminado. Según la clasificación Hornbostel-Sachs, pertenece a la familia de los membranófonos. Es un tambor, usualmente de poca altura, con hebras llamadas bordones dispuestas diametralmente en la membrana inferior, las cuales le proporcionan su característico timbre más estridente y metálico que el del tambor común. Al músico que toca la caja se le llama a su vez, por asociación, caja, teniendo formación de percusionista. Este instrumento es usado en orquesta, en bandas de música, y es una parte fundamental de la batería.
Etimología
El nombre caja deriva probablemente del occitano caissa o del catalán caixa, procedentes del latín capsa. La terminología es habitualmente confusa, y se difumina a menudo también con otros términos como redoblante o tambor militar. Asimismo, en algunas partes de Centroamérica es usual la denominación tarola.
Cabe destacar que, en orquesta, la traducción de las diferencias de significado en cada idioma es también problemática, lo que dificulta a menudo identificar los diferentes tipos de caja indicados en las partituras.
Esta profusión de términos se debe a la variada gama de instrumentos parecidos existentes, según el ambiente en el que haya evolucionado desde algún otro tambor más primitivo. De forma general, podemos denominar tambor a los instrumentos de percusión que hacen vibrar una o dos membranas al ser golpeados.
Composición
Casco
La caja está compuesta por un cilindro recto llamado casco (shell). Puede ser de madera, metal ,etc... Cada madera proporciona un timbre distinto a la caja, siendo las maderas de arce y abedul las más utilizadas. Respecto al metal, los más empleados son el latón, el bronce y el acero.6
Las bases del casco son dos membranas llamadas parches. Éstos están sujetos a unos aros interiores a los bordes y se tensan mediante otros aros exteriores y unos tensores. Los aros son generalmente metálicos, aunque también existen variedades en madera. La tensión en las membranas se consigue mediante varillas metálicas con tornillos que actúan independientemente en cada parche. Para apretar estos tornillos se utiliza una llave especial.
En las cajas usadas para orquesta o batería las medidas más usuales del casco son 14" de diámetro y 6" de profundidad.7 También pueden utilizarse cajas auxiliares de otros diámetros o altura, destacando por ejemplo las denominadas piccolo, con un diámetro convencional (14", 13") pero poca profundidad (3", 3,5"). Asimismo, las cajas soprano constan de profundidad convencional (5", 7") pero diámetro pequeño (10", 12").6 Por otra parte, es usual que en las cajas usadas para la marcha se utilicen alturas mayores,8 para así poder conseguir un sonido más profundo y potente, necesario para el uso exterior.
Antiguamente, los parches se fabricaban con pieles de animales. Este tipo de material produce que los parches varíen sensiblemente con la presión, humedad y temperatura, y que tengan que ser re-afinados o cambiados con cierta asiduidad. Desde la introducción de los parches de plástico a finales de la década de 1950,9 estos problemas se vieron minimizados, además de que se pudo reducir el coste de cada parche. Sin embargo, hay quien defiende que el sonido más suave de los fabricados en piel es preferible para tocar matices muy pianos.4 Actualmente, los parches están compuestos por una o varias capas de plástico o poliéster, generalmente mylar.10
El espesor de un parche es medido en milésimas de pulgada, variable que afecta a la durabilidad y a la sensibilidad del parche. La durabilidad de un parche es directamente proporcional al grosor; es decir, a más grosor más durabilidad tendrá un parche. En cuanto a su sensibilidad, el grosor juega un papel importante: un parche delgado responderá a golpes suaves, al mismo tiempo que se puede dañar al imprimirle demasiada fuerza. Hay que añadir que, como regla general, el parche inferior, llamado también de resonancia o de bordones, debe de ser más fino que el superior, también denominado batidor o de redoble, para que responda rápidamente ante la vibración del bordonero.
Otras variables influyen también en el parche. Cada diseño consigue un sonido ligeramente diferente, afectando a los armónicos del parche:
Parche con texturas rasposas (coated): el parche es rociado con cierto material. La textura consigue que los parches respondan mejor al uso de escobillas, si bien estos son ligeramente más pesados que un parche sin textura. Se utilizan con frecuencia en jazz.
Parche con puntos: se le añade un círculo central de mylar al parche, aproximadamente de unos 4-10" de diámetro. Con ello se persigue conseguir un mayor grosor y durabilidad.
Asimismo, existe más variedad de modelos desarrollados por los fabricantes, como son los parches hidráulicos o con orificios de ventilación. Algunas de las marcas más conocidas de parches son Remo, Evans, Aquarian y Attack.
Bordones
En contacto con el parche inferior se encuentra el bordonero, también denominado bordonera o entorchado, que no es más que el conjunto de hilos (bordones) que recorren de lado a lado el casco. Estos vibran conjuntamente con el parche inferior al batir el superior, lo cual le confiere al instrumento su timbre y sonido distintivos, con una especie de zumbido. Para la fabricación de los bordones pueden utilizarse diversos materiales, aunque usualmente se fabrican en alambre rizado, cable metálico, tripa o nailon.
Los bordones pueden vibrar por simpatía al entrar en resonancia con otros instrumentos. Este fenómeno se produce cuando otro instrumento emite un sonido con una frecuencia determinada, sin haber golpeado el parche batidor de la caja, por lo que se ha de procurar anular los bordones si el efecto es indeseado. Un truco extendido es usar una cinta adhesiva cerca de los bordes en el bordonero, o una cuña entre los bordones y el parche, con el fin de reducir esta vibración.
Existe también variedad de bordoneros, con diferente número de filas de bordones, longitud, así como diversos mecanismos para su acción y sujeción. Los bordones pueden anularse típicamente mediante una palanca solidaria y articulada en el lateral que separa los bordones del parche. Para su sujeción y tensión se suelen utilizar, entre otros medios, tornillos o un mecanismo de rosca ajustable en el extremo opuesto del casco. Algunas cajas, sobre todo militares, a menudo constan incluso de un segundo set de bordones en el lado inferior del parche batidor.
Historia
La construcción de tambores con bordones puede remontarse hasta las civilizaciones egipcia, arábiga y asiria. Usualmente, en Egipto, los bordones estaban situados en ambos parches, y eran fabricados con tripa de gato.En la Europa medieval, se tiene constancia de la existencia del uso de bordones alrededor del 1300 con el instrumento denominado tabor (sic). Su utilización se extendió ampliamente por toda la Europa medieval, y se convirtió en el tambor más comúnmente usado. Se introdujo a través de dos vías: por España a través de los árabes y por el norte de Europa a través de los turcos; dos versiones que diferían en su forma, pero que básicamente utilizaban el mismo proceso de producir sonido. Consistía en un tambor de dos parches, con un único bordón situado encima del parche superior, y normalmente era tocado con una sola baqueta. Este instrumento tuvo un amplio rango de tamaños a través de los distintos lugares y épocas, sin llegar a tener una forma definitiva. Por ejemplo, el tabor inglés era de poca profundidad, mientras que el tambourin de Provence, usado en Francia, era mucho más profundo. Otros tabores medievales, particularmente en España, tenían un diámetro aproximadamente igual a su profundidad. Su uso era principalmente el militar, aunque también se utilizaba un tabor más pequeño como instrumento folklórico, acompañado usualmente de la flauta de tres agujeros.
Versiones más grandes del tabor desembocaron en un tambor denominado side drum (tambor de lado). En el siglo XV los regimientos de infantería suiza adoptaron su uso colgando el tabor en el lado izquierdo (de ahí su nombre) mediante una correa de hombro o cinturón, lo cual se expandió por toda Europa. A diferencia del tabor, el tambor de lado se tocaba normalmente con dos baquetas y, alrededor del siglo XVI, el bordón se trasladó debajo del parche inferior. En este contexto se produjo un avance significativo en cuanto al desarrollo de la técnica empleada para tocar la caja, principalmente mediante la introducción del uso de rudimentos. Por lo general, las baquetas utilizadas en este periodo eran más pesadas y frecuentemente más cortas que las usadas hoy en día.
Más tarde, en el s. XVII, se desarrollaron nuevos métodos de tensión que permitieron a los bordones ser apretados con tornillos, cambiando el ruido de los bordones de tripa por uno más semejante a un chasquido. Sobre 1837, los tornillos también comenzaron a reemplazar la tensión por cuerdas, permitiendo un incremento en la tensión de los parches y la posibilidad tanto de una ejecución más rápida como de ritmos más complejos. Alrededor de 1850, las cajas se comenzaron a fabricar en metal y se redujo su tamaño nuevamente, consiguiéndose así un sonido más brillante.
A pesar de que ya se podía controlar la tensión de los bordones mediante tornillos, no fue hasta principios del s. XX cuando Robert Dansly creó para la Ludwig drum company un modo de anular los bordones instantáneamente para permitir que la caja pudiera ser tocada como tom-tom a placer. Esto permitió su uso para efectos especiales o para evitar que los bordones resonaran a causa de otros instrumentos.