examen 1

Trombón

El trombón es un instrumento musical aerófono de la familia de viento-metal. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire). Las diferentes notas se obtienen por el movimiento de un tubo móvil, denominado vara, alargando la distancia que el aire en vibración debe recorrer, produciendo de este modo sonidos que también se pueden controlar con una mayor o menor presión del aire soplado por el intérprete en la vara, más se alarga la columna de aire y el sonido producido es más grave, cada posición bajo que la anterior. Sin embargo, también existen trombones con válvulas. Al igual que casi todos los instrumentos de esta familia de viento metal, el trombón de varas es de latón, y consiste en un tubo cilíndrico y abierto enrollado sobre sí mismo.
Durante los periodos barroco y clásico se usaba mucho en la música religiosa, y desde el siglo XIX es imprescindible en la gran orquesta sinfónica. También se utiliza en las bandas y en la música de jazz, donde, además de ser un instrumento clave para la big band, interpreta pasajes solistas. En la familia del trombón hay muchas variantes con distintas tesituras y tamaños. En la orquesta se suele usar el trombón tenor y a veces el bajo.


Tipos de trombón

Se puede clasificar según el sonido particular que emite y por tanto las notas y claves que le cambia la altura de las notas utilizando un sistema de válvulas y pistones. El sonido es distinto y exagera cualquier imprecisión en la entonación

Según su tamaño
  • Trombón soprano
  • Trombón alto.
  • Trombón tenor (usual)
  • Trombón bajo
  • Trombón contrabajo
  • Trombón Buccin
Partes del trombón
Boquilla o embocadura: pieza pequeña y hueca que se adapta al tubo del trombón para que el intérprete sople, de modo que los labios se apoyen en los bordes, vibren y produzcan el sonido primario. El trombón tiene una boquilla que determina su timbre.
Pabellón: ensanchamiento final del tubo.

Varas: tiene forma de U y se mueve en siete diferentes postura con distinta longitud del tubo. Las varas del trombón no permiten grandes velocidades cuando se toca, pero es perfecto para interpretar glissandos (escala rápida entre dos notas).
1. brazo de la bomba de afinación
2. boquilla o embocadura
3. pabellón o campana 4. llave de desagüe
5. vara principal
6. puente de soporte
7. puente de soporte
 8. rosca de encaje de la vara

Historia
Orígenes y antecedentes del trombón
El trombón, como los otros instrumentos de viento, tuvo su origen en la barra hueca y los cuernos de los animales.
En el 3000 a. C., cuando el hombre descubre los metales, empieza ya a hacer instrumentos musicales. Se ha demostrado que los chinos, los asirios y los babilonios ya tenían instrumentos de metal con forma de trompetas rectas con embocadura. Los hindúes poseían también instrumentos parecidos a las trompetas rectas. En la tumba de Tutankamon (1350 a. C.), se encontraron trompetas de plata dorado y plata, cortas y de sonidos agudos. Los hebreos tomaron las trompetas de los egipcios. En el Antiguo Testamento aparece documentado este hecho; es más, se dice que Moisés estableció normas para su construcción. En la marcha hacia la Tierra Prometida, relatada también en el Antiguo Testamento, el ejército de Josué debió contar con ellas, en concreto los shofars, construidas con cuernos de animal, ya que según la Biblia derribaron las murallas de Jericó.
Grecia y Roma heredaron la cultura musical y los instrumentos de estos pueblos. La trompeta metálica tenía una gran importancia para los griegos, que la usaban en actos religiosos y en los Juegos Olímpicos, donde se celebraban también competiciones de intérpretes de trompetas. Uno de estos trompetistas fue Herodoro de Megara (siglo III a. C.), que se hizo famoso tocando dos trompetas a la vez, habilidad con la que ganó diez campeonatos. Estas trompetas tenían tubo cónico y recto, y provenían de las egipcias. Verdi hizo construir reproducciones de estos instrumentos para el estreno de su ópera Aida con motivo de la apertura del Canal de Suez en 1870, aunque debido a la guerra franco-prusiana y a la lentitud de éste, no pudo representarse hasta un año después en el Cairo.
Los romanos usaban las trompetas para acompañar sus cantos guerreros y en sus fanfarrias heráldicas. Podían ser de tres tipos: el lituus, curvado y de sonido agudo, que utilizaba la caballería; la tuba, recta y de sonido más grave, para la infantería; y la bucina, en forma de espiral y que produce sonidos aún más graves.
Para facilitar el manejo y ampliar el registro de sonidos armónicos alargando la tubería se desarrolló la curvatura del instrumento. Esto aparece documentado en el Epitome Institutionum Rey Militaris, de Vegio Renato Flavio (siglo IV).
En el siglo XI, la tuba romana se alarga y hace más estrecha ensanchando el pabellón, como influencia de las trompetas musulmanas que llegaron a Europa con las invasiones. Un poema del siglo XI menciona las Trompas y Buisines, como “largas trompetas de pabellón ensanchado, en cobre o plata”. En España, y en las cantigas de Alfonso X El Sabio (siglo XIII), se cita, entre otros instrumentos, la anafilos o trompeta recta de origen romano. Los franceses le llamaban buisine, como aparece en la Chanson de Roland.
Por un encargo de Federico II a la villa de Arezzo, en 1240, se construyeron dos tipos de trompetas: la trombetta, pequeña y de madera, y la bucina, grande y de metal. En 1783 se descubrieron entre las ruinas de Pompeya dos grandes trompetas construidas en bronce con embocadura de oro, una de las cuales, parece ser, pertenecía a la colección del Rey de Nápoles Windsor. Los turcos usaban una trompeta llamada surme.
Durante la Edad Media los instrumentos de embocadura mantuvieron sus nombres primitivos: lituus (corneta), tuba (trompeta) y buccina (trompeta grande o trombón). En esta época también aparece un instrumento llamado serpentón, con forma de "S" (de ahí su nombre). Este instrumento tenía seis agujeros, tres para cada mano, y una boquilla metálica.
En Alemania la denominación buccina fue convirtiéndose en busan, pusun y pousane, término que aplicado al trombón ha llegado a nuestros días y que se mantiene en los países germánicos y del centro y norte de Europa. El nombre de trombón, del italiano trombone, o trompeta grande, se mantuvo hasta el siglo XVIII y es el usado en los países latinos, Inglaterra, América Latina y Norteamérica.
La curvatura de las barras que después llevaría a la vara corredera aparece documentada por primera vez en los grabados y pinturas del siglo XIV, en dos láminas de “Ángeles músicos” (derecha) del siglo XV pintados por Fray Angélico en Italia y por Hans Hemling en los Países Bajos. En estas ilustraciones se ve un ángel tocando una trompeta cuya boquilla sostiene con los dedos, por lo que se supone que se introducía y se sacaba del tubo para variar los sonidos. Algo parecido a lo que se llamaría tromba di tirarsi, trompeta cuya boquilla hacía de corredera en el tudel, y que posiblemente utilizó Johann Sebastian Bach.
Una obra de Virdung, impresa en Bále hacia 1511, menciona el busaun como “instrumento de tubos que se prolongan”. En 1590, el francés Guillaume, canónigo de Auxerre, inventa un instrumento que llama bucsen a cozilise, lo que quiere decir bocina de varas. Consistía en dos tubos largos, en forma de grandes bombas, que se alargaban. Tenía una forma rudimentaria y un sonido áspero, y era usado en fanfarrias y bandas militares, pero pronto cayó en desuso.
Entre los siglos XV y XVI aparecen las varas tal como han llegado a nuestros días. Su forma actual puede verse en pinturas, relieves, marfiles y manuscritos de la época. En la Biblioteca Nacional de París hay un manuscrito de 1457 con una miniatura donde se ven trompetas graves en forma de sacabuches. Sacabuche proviene de los verbos franceses “saquer”, que significa tironear, y “bouter”, presionar; es decir, literalmente significa tirar y presionar, para representar el movimiento de la vara. Este era el nombre que daban los franceses al trombón de varas. También podría venir del parecido del instrumento con un arma empleada en la época para las acciones de asalto, consistente en una especie de garfio largo utilizado para descabalgar al jinete enemigo, aunque esto es menos probable. Este instrumento era parecido al actual trombón de varas, pero de menor tamaño.
Al contrario que en el caso de los órganos o los instrumentos de cuerda, la construcción de instrumentos de viento no puede localizarse en ningún país en concreto, porque aparecen por toda Europa. No obstante, pueden destacarse constructores alemanes, flamencos e ingleses. En la construcción de trombones destaca la ciudad alemana de Nuremberg, donde nacieron los Neuschel, artesanos del cobre y un tanto responsables de la evolución del trombón en el siglo XVI; de hecho, uno de los trombones más antiguos que se conservan fue construido por Jörg Neuschel (Nuremberg 1557).Gracias a su reputación, los Neuschel tuvieron encargos de las cortes europeas, incluso del Papa León X. Nuremberg también fue la ciudad natal de Erasmus Schintzer (nacido en 1551), el constructor de otro de los trombones más antiguos. Entre los flamencos destaca Pieter Bogaerds, de Amberes, y Hemy van der Moer, de Malinas (siglo XV). El Parlamento francés registra y reconoce en 1680, la construcción de instrumentos de viento, ente ellos los Raoux y Courtois. Los Courtois aún se siguen fabricando. En Inglaterra se menciona a la familia Distin (1798), como constructores de la trompeta de varas, instrumento que aún se suele usar en aquel país.
Renacimiento y barroco
El siglo XVIII
El auge moderno del trombón en la orquesta empieza a partir de 1767 con la ópera de Christoph Willibald Gluck, Alceste.
Durante el siglo XVIII el acampanamiento del pabellón del trombón se hizo más pronunciado y los soportes móviles se sustituyeron por abrazaderas firmemente soldadas. La primera parte del siglo fue también testigo de un declive general en la utilización del instrumento. Pero esta tendencia se invirtió a finales del siglo, cuando las bandas militares encontraron útil el trombón y cuando sus asociaciones eclesiásticas y sobrenaturales lo introdujeron en las óperas de Gluck y Mozart.
Mozart utiliza los trombones para producir ciertos efectos dramáticos en sus óperas “La flauta mágica” y “Don Juan” y lo utilizó en varias de sus obras sacras, como por ejemplo en la “Missa solemnis”, “Missa en do menory” o en el “Réquiem” . Beethoven sólo lo utiliza en las sinfonías quinta, sexta y novena. Schubert lo empleó en sus últimas sinfonías y Weber, en sus óperas, mostrando el efecto maravilloso de los trombones en una armonía muy suave. Georg Friedrich Händel (1685-1759) le dio una especial importancia en los oratorios Israel in Egypt (1738) y Saul (1738) y es posible que en El Mesías. Su contemporáneo Johann Sebastian Bach (1685-1750) lo empleó en muchas de sus composiciones, especialmente en cantatas, aunque nunca le asignó un solo, cosa que hizo con casi todos los instrumentos, y lo empleó siempre para reforzar las voces doblando sus partes. Como Händel lo usó con cautela y sin apartarse de la rutina. Johann Mattheson (1713) hizo hincapié en su gran sonoridad, aunque reconocía que fuera de la música sacra era de poco uso. Franz Joseph Haydn (1732-1809) lo destacó en “Die Schöpfung” (1798)
En el siglo XVIII se escribieron los primeros conciertos para trombón, pero estos conciertos no eran para el trombón tenor que se usa hoy en día sino más bien se parecería al trombón alto. Algunos otros compositores de esta época fueron Leopold Mozart, Michael Haydn y Johann Georg Albrechtsberger.
En Alemania los sacabuches se usaron en algunas ocasiones en el acompañamiento de corales. Su registro cromático los hacía perfectos para estas funciones, lo que las trompetas y trompas no podían realizar por no poder variar sus notas fundamentales, circunstancia que les impedía llenar los claros de las series armónicas.
En la zona alemana el trombón perdura para la música religiosa. La Corte de los Habsburgo contrataba a compositores tanto alemanes como italianos (Fux, Caldara, Ziani) en cuyas obras sacras, destacaban muchos y bonitos solos para trombón.
Debido a esto, desde Alemania hubo voces en contra de esta utilización del trombón fuera del ámbito religioso, ya que era considerado como una profanación.
En el siglo XVIII en la música austriaca el trombón tuvo un importante papel. Cuando los altos y los tenores del coro no cantaban, se tocaban largos solos. Estos pasajes que tenían igual importancia que las voces eran sacados de una gran variedad de música encontrada entre la Liturgia Romana Católica. El trombón de usaba en misas, oratorios, el “Salzburg Schuldramen”, vespers, letanías y antífonas.
Existieron tres grandes trombonistas en el siglo XVIII: Thomas Gschlatt de Salzburgo, Anton Bachschmidt de Melk y Leopold Christian de Viena, que era el más joven de los tres. Los tres vivieron en la misma época. La Stadtpeifer tradición en Austria todavía producía trombonistas que inspiraban a compositores como Leopold Mozart, Johann Michael Haydn, Johann Georg Albrechtsberger, Georg Christoph Wagenseil, e incluso Wolfgan Amadeus Mozart.
Thomas Gschlatt (1723-1806) tocaba el trombón alto. Compositores como Leopold Mozart, Michael Haydn y Johann Georg Albrechtsberger. le escribieron composiciones exclusivas para él.
Anton Bachschmidt (1728-1797) fue un músico capaz de tocar el violín y el trombón en el monasterio de Meltz, Austria. Fue el último de tres generaciones de Bachschmidts todos ellos Thurnermeisters. Un Thurnermeister (literalmente maestro de la torre) era el encargado de un pequeño grupo de músicos (Stadtpeifer). Compositores como Melk hicieron composiciones para él.
En la Capilla de la Corte de Viena aparecen en las nóminas de 1680 a 1770 de cinco trombonistas con el apellido Christian. En concreto dos de ellos Leopold Christian Jr. Y Leopold Christian Estaban muy bien pagados y eran muy conocidos por su habilidad como solistas. Dos Maestros de Capilla de la Corte, Johann Georg Reuter (1708-1772) y Georg Christoph Wagenseil (1715-1775) escribieron composiciones inspirándose en el talento de Leopold Christian Jr., incluyendo un concierto de Wagenseil.
El trombón fue un importantísimo instrumento en la música sacra del siglo XVIII. Esto dificultó su mayor alcance y uso en la música profana hasta la llegada de las bandas militares en el siglo XIX. La contribución del trombón como instrumento melódico en la música sacra del siglo XVIII ha sido pasada por alto durante mucho tiempo; en nuestros días esto ha cambiado y se ha reconocido la importancia del trombón en dicha época.
Se cree que algunos trombonistas de Alemania y de Austria pasaron a Francia y a Inglaterra durante los últimos 20 años del siglo XVIII para introducir de nuevo este instrumento en esos países, pero ya no únicamente con finalidad religiosa si no con una finalidad militar, de orquestas de danzas...
En Alemania, además del trombón tenor era representativo el trombón alto, como se aprecia en algunas de las composiciones de Albrechtsberger (maestro de capilla de la Abadía de Melk), en concreto su famoso Concierto para trombón alto así como la participación de este instrumento en otras obras como en la antífona “Alma redemptoris mater” en la que en uno de sus tres movimientos comprende solos de trombones altos y tenores. Además en la cercana abadía de Góttweig, fue nombrado en 1.736 organista y compositor Zechmer quien escribió numerosas composiciones que incluían a los trombones.